TERAPIA PRESENCIAL: PSICÓLOGA EN SALAMANCA

TERAPIA PARA LA ANSIEDAD

La mayoría hemos experimentado ansiedad alguna vez; de hecho, es un mecanismo de defensa que nuestro cuerpo usa para alertarnos de que algo no funciona bien. 

Sin embargo, cuando esas señales de aviso son muy intensas (taquicardia, presión en el pecho, sudoración, problemas de concentración, bloqueos, enlentecimiento, mareos…) nos impiden enfrentarnos a las situaciones que las han activado. La ansiedad pasa de ser nuestra aliada a convertirse en nuestra enemiga.

Es más, la ansiedad puede presentarse de tantas maneras que, a veces, nos cuesta poner nombre a lo que nos ocurre y tardamos en buscar una solución.

Evaluar una misma situación de mil maneras diferentes para averiguar si hiciste algo mal, invalidarte y culpabilizarte con frecuencia… ¿Te suena algo de esto?

En terapia aprenderemos a gestionar esas alarmas que tu cuerpo te manda para reducir su intensidad y que no interfieran en tu día a día. También buscaremos por qué tu cuerpo genera esta respuesta y de dónde viene tu nivel de ansiedad, lo que te ayudará a prevenir este cúmulo de emociones y sensaciones «descontroladas».

Además de la terapia psicológica para la ansiedad generalizada, también puedes contar con mi ayuda para tratar ataques de pánico, fobias o miedos específicos, miedo a las enfermedades, ansiedad social o miedo a relacionarte con los demás.

TERAPIA PARA LA DEPRESIÓN

Es normal que, a lo largo de nuestra vida, haya momentos y situaciones en las que experimentemos situaciones que van haciendo mella en nosotrxs.

No tiene por qué darse una vivencia concreta para «justificar» cómo nos sentimos; hay muchas causas que nos llevan a experimentar emociones negativas persistentes en el tiempo, que incluso suben de intensidad y nos impiden hacer cualquier tarea cotidiana o que nos cueste mucho hacerla. Es tal el efecto que produce que incluso crea cambios en nuestro cerebro.

La culpa y el remordimiento acentúan e intensifican esas emociones que nos impide disfrutar de actividades que antes nos hacían felices, nos lleva a tener ataques súbidtos de ira, a tener problemas para dormir, a tener sentimientos de inutilidad o incluso de odio hacia unx mismx, a sentir que nos falta energía, a perder apetito… a lo largo del tiempo.

En terapia trabajaremos en esas experiencias y vivencias del pasado que aún duelen en el presente, abordando esos sentimientos de culpa y el abatimiento que te acompañan a día de hoy.

No es cuestión de dejar de estar «triste», ya que esa es una emoción que siempre estará en nosotros, pero sí aprenderemos a recuperar la autoestima, la confianza y a que puedas enfrentar tu día a día sin cargar continuamente con esos sentimientos negativos.

TERAPIA PARA LA BAJA AUTOESTIMA

Falta de confianza. Miedo al fracaso y al rechazo. Sensación constante de que vas a fracasar en cualquier proyecto. Vergüenza de decir lo que sientes. Percepción de cualquier error como un fracaso. Creencia de que no serás capaz de lograr nada por ti mismx porque piensas que «no valgo para nada» o que «no le importas a nadie».

Si te has sentido identificadx con algo de lo que acabas de leer, significa que estás interpretando tu valía de forma negativa; es decir, que tienes una autoestima baja. 

La autoestima es una valoración subjetiva que cada persona hace de sí misma; no refleja nuestras habilidades o talento, sino que hace una interpretación de ellos. Una interpretación que fluctúa en el tiempo —podemos tener en algún momento una mayor o menor autoestima—, en función de nuestro entorno y experiencias. 

Una pelea o un despido puede afectar a cómo te ves a ti mismx, y es normal: no obstante, una autoestima sana te ayudará a que esa percepción no derive en una montaña de pensamientos y emociones sumamente negativos que interfieran en tu forma de valorarte ni en tu forma de relacionarte con tu entorno. 

En terapia trabajaremos para que consigas tener una autoestima sana; es decir, aprender a aceptar su fluctuación, que eres un ser humano que también puede equivocarse y que no es por eso eres menos válidx. Pondremos a raya los pensamientos limitantes para que tu autoestima mantenga unos límites estables, sin que bajen y suban como si estuvieras en una montaña rusa.

TERAPIA PARA EL DUELO

El duelo es un proceso de adaptación emocional que atraviesa una persona ante cualquiér pérdida.

Hay muchos tipos de pérdida que pueden dar lugar a un proceso de duelo, como el  fallecimiento de un ser querido, pero también superar un divorcio, una separación, perder un trabajo, cambiar de ciudad…

En ocasiones, dar espacio a los procesos de duelo para transitarlos de una forma sana puede ser complicado. 

La falta de tiempo, la cantidad de distracciones del día a día, la falta de recursos o la invalidación del entorno (entre otras causas) pueden hacer que evitemos las sensaciones, emociones y pensamientos asociados a estos procesos.

No hay un tiempo determinado para pasar un duelo ni una razón menos válida para estar pasando por uno. Sin embargo, las razones que te he indicado antes hacen que no te des ese tiempo para superar la pérdida, dejándote un gran vacío en el que arrastras sentimientos de tristeza, rabia, culpa, ansiedad, dificultad para dormir, pérdida de energía, rumiaciones… que se prolongan en el tiempo. 

En terapia trabajaremos para que puedas transitar por este duelo de una forma sana y ayudarte a integrar esta pérdida en tu vida para que puedas retomarla.

TERAPIA PARA LA RECONSTRUCCIÓN TRAS UNA RUPTURA

Una ruptura va mucho más allá de dejar de estar con tu pareja. Supone la pérdida de un proyecto en común, de la rutina del día a día, de muchas ilusiones personales e incluso de una parte de tu identidad. Has construido tu vida contando con otra persona para crear algo juntxs. Cuando esa persona ya no está, sea cual sea la razón de la ruptura, es como si quitaras un pilar importante de esa vida que has construido y sientes que todo se tambalea. 

Es por eso que la ruptura, entendida como pérdida, requiere un proceso de duelo para adaptarte, tanto tú como persona como tus emociones, a tu nueva vida. 

La falta de tiempo, la cantidad de distracciones del día a día, la falta de recursos o la invalidación del entorno (entre otras causas) pueden hacer que evitemos las sensaciones, emociones y pensamientos asociados a estos procesos.

Sin embargo, no darte ese tiempo para superar esta pérdida puede conllevar que arrastres sentimientos de tristeza, rabia, culpa, ansiedad, dificultad para dormir, pérdida de energía, rumiaciones… que se prolongan en el tiempo. 

En terapia pasaremos por las diferentes etapas de este duelo mientras trabajamos en tu «reconstrucción» personal. Eso no significará que el malestar desaparezca sin más; pero sí que aprenderemos a que estas emociones negativas no te desborden mientras vuelves a cimentar y poner las bases de esta nueva etapa en tu vida

TERAPIA PARA LA INSATISFACCIÓN CON LA IMAGEN CORPORAL

La imagen corporal es una construcción mental que crea nuestro cerebro sobre el aspecto físico. 

Una imagen que cambia a diario o con mucha frecuencia, ya sea por el momento del ciclo menstrual, el estado de ánimo, nuestra ropa, nuestro nivel de estrés, cansancio… Y es algo normal.

Sin embargo, cuando esa imagen que tienes hace que evites mirarte al espejo, te hables con desprecio, estés siempre comprobando cómo se ve tu cuerpo, dejes de hacer cosas porque no te ves bien, piensas con frecuencia en cambiar partes de él… Es cuando decimos que una persona tiene una imagen corporal no sana. 

En terapia aprenderemos a construir una relación saludable con tu imagen corporal. Esto supone aprender a aceptar y respetar tu cuerpo, sin que el cómo te veas en un momento determinado afecte a tu forma de cuidarlo.

Esto no significa que tu cuerpo siempre te encantará. Puede que haya días que no te veas bien, que te gusten más otros cuerpos o que quieras modificar tu aspecto (por ejemplo, que quieras adelgazar o engordar), pero no hará que lo quieras menos y no incurrirás en acciones que resulten dañiñas para ti. 

Al igual que cuidas a un ser querido que hace cosas con las que no estás de acuerdo: puedes enfadarte con esa persona, pero eso no minimiza tu amor y respeto por ella.

TERAPIA PARA PERSONAS CON FAMILIAS TÓXICAS

Para una persona resulta muy duro y difícil dar el paso de decir que su padre o su madre no es una buena persona. O que son egoístas. O que sus acciones y palabras le hacen daño de forma continua.

Existen muchas ideas sobre estas figuras reflejadas en frases como «siempre van a querer lo mejor para ti» o «te querrán incondicionalmente», pero esa no es la realidad en todos los casos.

No todos los padres o madres son buenas personas, tienen empatía, toman las mejores decisiones o son un pilar estable a nivel emocional. 

Esto suele provocar muchas emociones desagradables (inseguridad, vergüenza, culpa…) que pueden provocar que te sientas obligadx a hacer cosas que no harías por temor o por evitar una consecuencia.

Y, además, se suma el miedo de reconocer que esto te está ocurriendo y que te sientes así, ya que está «mal visto».

En terapia aprenderemos a validar esas emociones y pensamientos que te genera tu familia, a trabajar el sentimiento de culpa generado por la presión de la sociedad y a desarrollar estrategias para gestionar de forma efectiva estas relaciones. 

TERAPIA PARA PERSONAS CON CRISIS, INSATISFACCIÓN VITAL Y DESMOTIVACIÓN

«Si todo (familia, amigxs, trabajo, casa…) te va bien, ¿de qué te quejas?».

Que aparentemente no haya ningún problema visible en tu vida, que otros tengan circunstancias que consideras peores o que desde fuera se te vea como una persona con una vida exitosa, no implica necesariamente que tengas que estar «bien».

Tu equilibrio emocional no depende únicamente de «hechos objetivos». 

También entran en juego otros factores que pueden afectarte y que hay que tener en cuenta: tus interpretaciones, factores fisiológicos, historia anterior de vida, expectativas, aprendizajes, circunstancias externas que se escapan a tu control (como una pandemia) y un largo etcétera.

Todo lo que te preocupa es importante, independientemente de que todo te vaya «bien» o que otras personas estén «peor» que tú. 

En terapia aprenderemos a validar estas emociones y pensamientos que tienes, a tratar el sentimiento de culpa que te puede estar generando y abordaremos la razón por la que te encuentras insatisfechx y desmotivadx, aunque ahora no sepas identificar cuál es ni ponerle nombre.