Harry Potter era un pringado en el número 4 de Privet Drive. Cómo el contexto importa en tu autoconcepto.
Durante los años que llevo trabajando como psicóloga he abordado el tema de la autoestima de diversas formas, algunas más directas, ya que la demanda de la persona que acudía era clara («quiero mejorar mi autoestima»), y otras de forma transversal a otros temas. En relación a la autoestima, no se si estarás de acuerdo conmigo o no, pero en mi opinión, tener un buen autoconcepto que nos lleve a tener una buena autoestima es uno de los factores imprescindibles para tener una salud mental sana (si quieres saber más sobre qué es tener una buena autoestima, puedes leer la entrada en mi blog en la que hablo de este tema)
El caso es que el otro día durante una de las sesiones, hablamos sobre la importancia del reflejo que nos devuelve el entorno en la percepción que tenemos de nosotros mismos, en este caso en concreto, hablábamos de cómo una característica en un entorno en concreto puede ser una cualidad y que se refuerce, y en otro puede ser un defecto y se nos critique por ello.
Por ejemplo, en un ambiente «artístico» la creatividad y el salirse de lo escrito puede ser una muy buena cualidad que nos lleve a que otros nos tengan en alta estima y, sin embargo, en un ambiente más rígido o dirigido puede verse como una falta de disciplina u organización y ser castigado.
Durante el transcurso de esa sesión donde vimos que la misma característica puede afectar de diversas maneras a nuestro autoconcepto ( y por lo tanto a nuestra autoestima), se me ocurrió este ejemplo sobra Harry Potter que espero que te ayude.
La historia de Harry Potter
Para los que no seáis muy fans de Harry Potter dejadme que os ponga en contexto:
Harry Potter era el mago más famoso del mundo mágico por haber derrotado a Lord Voldemort (que era el mago malo malísimo) siendo tan solo un bebé, sin embargo, él vivía ajeno a esta fama en casa de sus tíos en el mundo no mágico (también llamado mundo muggle).
Mientras en el mundo mágico era conocido y apreciado por todos, en el mundo muggle Harry Potter vivía en el hueco de la alacena de debajo de la escalera de casa de sus tíos (poco más que un cuarto de escobas), lo usaban prácticamente como si fuera un criado (o peor), lo trataban con desprecio y sentían un profundo rechazo ante la posibilidad de que pudiera ser un mago (rechazo que expresaban a través de burlas y maltrato hacia él).
Cuando Harry cumplió 11 años, fue llevado a Hogwarts, la escuela de magia donde los niños aprenden a ser buenos magos. Allí descubrió que era una celebridad apreciada por la mayoría de sus compañeros y profesores, le tenían en gran estima, tenía talento para el Quidditch (deporte de magos), era una persona valiente y con unos valores muy férreos acerca de la amistad y la lealtad y además era popular. Una joya el muchacho, vamos.
Conclusión: Harry Potter era un pringado en el mundo muggle por ser un mago, pero en el mundo mágico por la misma característica, era algo así como la Rosalía de nuestros tiempos.
Por si no eres fan de Harry Potter, te dejo otro ejemplo:
Si no terminas de entender el ejemplo de Harry Potter, te hago referencia a otra frase que quizá hayas escuchado de Albert Einstein y que viene a ser lo mismo: “Todo el mundo es un genio. Pero si juzgas a un pez por su capacidad para trepar a un árbol, vivirá toda su vida creyendo que es estúpido”.
¿De dónde viene un autoconcepto tan negativo?
Con frecuencia asisten a terapia personas con un autoconcepto muy negativo sobre sí mismas (si quieres saber a qué me refiero con el término “autoconcepto”, puedes leer la entrada sobre autoestima que hay en este mismo blog).
Tener un autoconcepto negativo puede deberse a muchos factores, pero en muchos casos tiene que ver con el reflejo que nos hace el entorno y que tiene que ver por ejemplo con un historial de burlas acerca de alguna caracterísitica o vivencia de forma repetida, unas altas expectativas sobre nosotrxs, unos valores diferentes, unos objetivos o gustos que nada tienen que ver con los nuestros… por poner algunos ejemplos.
Para que entiendas de qué hablo, veamos algunas situaciones basadas en hechos reales:
María es una mujer de 29 años, trabaja como educadora social y es muy valorada en su entorno. Lo que destaca de María es su sentido de la justicia y su lucha por ayudar a las personas que están en situaciones de injusticia o abuso, tiene una profunda conciencia ecológica y feminista y es algo que no duda en exponer. María es una mujer muy valorada en la mayoría de ámbitos, pero en su casa es “la rara”, “la problemática”, “a la que no se le puede decir nada”. Cada vez que va a su casa acaba teniendo discusiones y, aunque ahora mismo no es así, en muchos momentos de su juventud se ha sentido inadecuada y fuera de lugar de su entorno más próximo, su familia, he incluso hasta hace no mucho se presentaba como una persona con un carácter “difícil”.
Veamos otro ejemplo. Raúl es un hombre de 38 años que siempre ha tenido claro que quería viajar y ver mundo. Esta ansia de explorar le llevó a ponerse a trabajar en cuanto pudo e ir ahorrando dinero que destinó a hacer viajes para poder ver distintos lugares. En cada viaje que ha hecho, Raúl ha conocido a personas que le han visto como un ser amable, empático, aventurero, inteligente, curioso e interesante llegando a hacer grandes amigos que a día de hoy permanecen en su vida; sin embargo, en su casa siempre ha sido “la oveja negra”, “el bala perdida”, “el vago”, sus padres no dejan de repetirle que “cuándo va a madurar y sentar la cabeza” y eso ha influido en su autoestima durante mucho tiempo y ha dificultado que vuelva a casa de sus padres cada vez más.
Sonia tiene 18 años, vive en un pueblo de 10000 habitantes y tiene un grupo de amigas desde los 6 años con las que ha crecido. Hasta hace algunos años todas tenían más o menos los mismos intereses, hablaban de los mismos temas y se lo pasaban genial juntas, pero hace alrededor de 3 años Sonia empezó a desarrollar el gusto por otras cuestiones que nada tenían que ver con el resto de sus amigas. Mientras que a sus amigas les interesaban los cantantes de moda y las series de actualidad, a Sonia comenzó a interesarle la música clásica, se apuntó al Conservatorio y empezó a leer sobre filosofía; este cambio hizo que durante las quedadas con las que, desde hacía años, habían sido sus mejores (y únicas) amigas, comenzara a sentirse aburrida, rara y fuera de lugar.
Estos son algunos ejemplos basados en casos reales (los nombres de los protagonistas y algunos datos han sido cambiados, pero en esencia esa es la historia de estas personas), pero seguramente conozcas o hayas vivido situaciones parecidas.
María durante mucho tiempo sintió que era una persona difícil por encontrarse en un contexto que no estaba de acuerdo con sus valores y donde no había una buena comunicación; al cambiar de aires y comenzar a acercarse a personas con unos puntos de vista más cercanos a los suyos, o con una actitud diferente hacia la diferencia de ideas, comenzó a sentirse más a gusto con ella misma. En estos ámbitos, era una persona valorada por su fortaleza y su sentido de la justicia.
Raúl ha crecido pensando que no querer comprarse una casa o tener un trabajo estable era una cosa de vagos y de personas que no han madurado; en sus viajes alrededor del mundo ha conocido a otras personas con sus mismos intereses y forma de ver la vida, y ha empezado a reconciliarse con él mismo y a añadir a su repertorio de etiquetas otras nuevas como la de aventurero.
Sonia aún no ha dado con el entorno en el que se sienta validada, pero es posible que si continúa en el ámbito de la música y la filosofía, descubra a otras personas que compartan sus inquietudes y con los que comience a sentirse como la persona interesante e inteligente que es.
Estos son sólo algunos ejemplos de personas maravillosas cuyo entorno les ha devuelto un reflejo empañado y negativo de lo que son.
No todas las personas tienen la suerte o la opción de encontrar entornos en los que desarrollar nuevas etiquetas o donde sentirse validadas, pero si crees que es tu caso te invito a que explores y te expandas, te mereces sentirte bien en el entorno en el que estés.
Julia
Por aquí otra friki de Harry Potter, me ha encantado la metáfora y me está pareciendo súper interesante y nutritivo el blog, muchas gracias (L)
Ro
Me ha encantado la entrada, me parecen muy ilustrativos los ejemplos y en consonancia con la analogía de Harry Potter. Gracias por esta entrada y por tu trabajo!
Layne Brien
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